El enfermero Barrientos nunca denunció en la Justicia a los policías que acusó de haberlos golpeado
El enfermero Barrientos nunca denunció en la Justicia a los policías que acusó de haberlos golpeado
El Ministerio de Seguridad inicio un sumario para establecer responsabilidades del personal involucrado en el procedimiento en el que se detuvo al enfermero Sebastián Barrientos y éste denunció públicamente que sufrió una brutal golpiza. Sin embargo, tres días más tarde La Opinión Austral pudo saber que no existe denuncia radicada en ningún juzgado contra la comisaría Sexta. Hubo una marcha convocada por sectores partidarios.
Tres días después de que se conociera un video de un enfermero de terapia intensiva del Hospital Regional de Río Gallegos, en el que se lo veía discutiendo con un personal de Tránsito municipal, y luego éste denunciara que fue brutalmente agredido por la policía, no hay denuncia radicada contra la comisaría Sexta, confirmaron diferentes fuentes oficiales a La Opinión Austral.
Si bien el Ministerio de Seguridad solicitó el inicio de una investigación sumaria para establecer responsabilidades del personal involucrado en el procedimiento del domingo por la mañana, posteriormente no existió ninguna denuncia judicial en su contra.
La medida del Gobierno de la provincia de Santa Cruz fue el mismo día en que se dieron a conocer públicamente los hechos, indicaron.
De todas maneras, sectores partidarios convocaron a una protesta frente a la Jefatura de la Policía de Santa Cruz y una marcha hacía la comisaría pidiendo justicia por Sebastián Barrientos y las sanciones para los efectivos, que se concretó en esta tarde del miércoles.
Desde el domingo por la mañana, que el enfermero Sebastián Barrientos publicó en su cuenta de redes sociales el video y que se mostró desde la guardia del Hospital Regional todo golpeado hasta el miércoles a la tarde no presentó ninguna acusación formal contra los policías.
Tal como informó La Opinión Austral hay versiones encontradas desde el primero momentos acerca de lo que sucedió esa madrugada. El enfermero de Río Gallegos denunció brutal golpiza pero la policía dice que se autoagredió.
Sin embargo la Justicia de Río Gallegos no tiene trabajo pendiente al respecto, porque ningún representante de Barrientos nunca se presentó ante ningún juzgado a pedir Justicia por haber sido golpeado, como repitió por los medios de comunicación.
Lo cierto es que terminó internado en el Hospital Regional y que señaló ante la comunidad a policías e inspectores de Tránsito Municipal como autores de una brutal golpiza. Sin embargo, los efectivos policiales aseguraron desde un comienzo que él se autoagredió.
Un desvío camino a casa que complicó todo
Todo comenzó en la mañana del domingo cuando Barrientos terminó su turno nocturno en el centro asistencial y se dirigía a su casa ubicada en el barrio Chimen Aike. «Yo me calefacciono con leña y fui a dejar los restos a un container por la terminal de colectivos» dijo en declaraciones a La Opinión Austral desde la cama de la Guardia.
A bordo de su Ford Orion, dio vuelta en la rotonda en la autovía 17 de octubre cuando comenzó a ser seguido por una camioneta de Tránsito Municipal motivo por el cual estacionó a la altura de Gendarmería Nacional.
«Me pidió los papeles el inspector Flores y se los di, cuando me pidieron el certificado para circular les dije que no lo tenía conmigo pero que les mostraba mi carné de trabajador de la salud», aseguró Barrientos que, desde hace cuatro años, trabaja en el hospital.
A partir de aquí, las versiones son distintas. Barrientos indicó que un inspector lo tomó por el cuello y que por eso reaccionó. La versión oficial asegura que fue el enfermero el que se mostró agresivo en primer término.
«Me agarró del cuello y no me soltaba, en un momento me desvanecí y pensé que me moría»; aseguró el enfermero que, minutos antes, había terminado su turno atendiendo a Oyarzo, el joven que había sido atropellado en la autovía cerca de las ocho de la noche.
Luego llegaría personal policial. Agentes de la Comisaría Sexta arribaron tras ser solicitados por los inspectores de Tránsito comunal debido al altercado.
La situación no fue controlada de inmediato. «Fue peor», aseguró Barrientos que dejó caer unas lágrimas durante la entrevista a las que después adjudicaría a la impotencia que sintió.
La versión oficial indicó que un policía fue agredido por el enfermero. Él aseguró que fue en defensa propia. El efectivo cayó al suelo tras una trompada que el trabajador de la salud le propinó.
Fue reducido, esposado y trasladado a la Seccional. «Me pisaron, me patearon, un policía se puso arriba mío y me empezó a pegar cachetadas», dijo el hombre que además es papá de una nena y que pasó el Día del Padre en el hospital.
Otro desencuentro en las versiones es sobre lo que ocurrió en la dependencia policial de la calle Lola Mora. Desde la Policía indicaron que, tras la detención de Barrientos, él comenzó a autolesionarse. «Quedó constancia de lo sucedido», indica el parte al que tuvo acceso este diario.
Barrientos aseguró que él en ningún momento se pegó solo. «En la comisaría me golpearon hasta el cansancio, después me dieron agua sucia para que me limpie, me pusieron un barbijo azul para que no se vea la sangre y hacían que trague para que no se manche el tapabocas», dijo visiblemente conmocionado por todo lo que pasó en la mañana del domingo.
Cerca de las once, todo terminó, una comisión trasladó al enfermero al lugar que, paradójicamente, es su lugar de trabajo para que lo atiendan a él. Por un lado, Barrientos reconoció no haber tenido la documentación y le dijo al inspector municipal desde un primer momento que le tenga «piedad».
«Le dije que me perdone, que estamos desde marzo del año pasado sin parar, al auto lo usó para laburar nomás pero me dijo que me lo iban a secuestrar», indicó Barrientos.
Respecto del policía agredido se supo que le certificaron lesiones leves por golpes que recibió en la nariz, oreja y en una de sus rodillas. Por otro lado, el auto de Barrientos fue secuestrado porque le faltaban los papeles de la patente y el seguro obligatorio.
Asimismo, el trabajador de la salud adelantó que iniciará acciones legales una vez que se recupere de las heridas. «A un inspector lo puedo ubicar, lo mismo con los policías en la Comisaría», aseveró en declaraciones a este diario. El caso quedó en manos del Juzgado de Instrucción Nº 3, a cargo de Rosana Suárez, que ahora tendrá el difícil trabajo de desentramar las circunstancias en las que se produjo el confuso episodio.
FOTO Y FUENTE: LA OPINIÓN AUSTRAL