Tensión entre los diputados aliados y Caputo por la nueva fórmula de jubilaciones
De Loredo dijo que las jubilaciones se actualizarían en base al IPC del mes anterior. El ministro estaba trabajando la nueva fórmula y se bajó del tema.
Rodrigo De Loredo salió exultante del despacho de Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, pasadas las 20. «Hay buenas noticias», dijo mientras se apuraba a convocar una reunión de urgencia, por Zoom, para comunicarle las novedades a su bloque, del posible acuerdo.
Entre los puntos salientes, el legislador cordobés celebró que el gobierno se habría comprometido a reemplazar la fórmula actual, con actualización trimestral, por un cálculo que se basaría en el IPC que publique el INDEC durante el mes anterior al cobro del haber previsional, aunque se cuidó de aclarar que se trata de «una charla abierta».
El diseño de la nueva fórmula jubilatoria había quedado a cargo del ministro Luis «Toto» Caputo. Pero avanzada la tarde el ministro le comunicó a sus colegas en el gabinete que no llegaría a confeccionarla, una hora antes que Menem empezara a recibir en su oficina del Congreso, junto al ministro del Interior, Guillermo Francos, y el asesor presidencial Santiago Caputo, a los jefes de las bancadas opositoras.
Al cierre de esta nota, era una incógnita si Caputo desistía porque se encontraba en su viaje de regreso al país desde Davos pero pensaba retomar esa tarea al llegar o abandonaba el asunto, molesto por lo que se estaba negociando. La falta de información coincide con lo que el propio De Loredo agregó: «no se habló de cómo se compensarían las concesiones».
El diputado radical dijo que el gobierno también aceptó eliminar la imposición de retenciones a las economías regionales, pero nada dijo de la suba del tributo a la soja y el maíz y la imposición a los productos industriales y el petróleo, que como anticipó este medio, negociaban esta tarde Miguel Angel Pichetto y Cristian Ritondo.
Tiene sentido que el gobierno quiera mantener esa suba impositiva, porque de otra manera no se entiende como se acercaría al déficit cero que busca. El problema, claro, es que activa la resistencia más fuerte de gobernadores y legisladores de esas provincias, como ya anticiparon públicamente los gobernadores de Córdoba, Martín Llaryora y de Santa Fe, Maximiliano Pullaro.
De hecho, diputados cordobeses y santafesinos integran el bloque de Pichetto, por lo que no está nada claro que tan alineados están los votos que el peronista compromete en sus negociaciones con los hombres de Milei.
Acaso una de las razones por las que pese a la agresividad de Milei con los radicales, sus negociadores se esfuerzan por no romper el diálogo con aquellos más afines como De Loredo.
Pero tampoco está claro que todo el radicalismo siga a De Loredo, de hecho Facundo Manes y otros nueve diputados de la UCR pidieron extender las extraordinarias hasta fines de febrero para negociar con mayor tranquilidad y advirtieron a Milei: «Ni a las apuradas ni a los empujones».
«Voy a ver qué me dicen estos tipos», le dijo el cordobés por teléfono a uno de sus colegas de la bancada, antes de ingresar al despacho de Menem. A pesar de que el titular de la bancada de la UCR se había perfilado a inicios de la semana como la llave para destrabar el camino de la ley ómnibus, en el tramo final de la negociación fueron Pichetto y Ritondo los que trazaron el grueso del acuerdo.
No obstante, La Libertad Avanza (LLA) estaría a punto de toparse con un desafío que tal vez no haya detectado aún. Frente al entusiasmo por las promesas de Pichetto y Ritondo sobre la posibilidad de que juntos obtendrían número para sacar el dictamen de mayoría, la votación en el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Legislación General y Presupuesto y Hacienda, no aparece tan clara.
Entre las tres comisiones reúnen 115 diputados pero Unión por la Patria (UxP) cuenta con 44, LLA con 17, PRO con 17, el radicalismo con 16, HCF con 9 e IF con 3, más uno del FIT y otro de CREO. Para imponerse en el dictamen, se precisan 58 firmas y los libertarios necesitan al menos 12 miembros de la UCR en el salón del anexo donde se debate el proyecto, si es que tienen garantizada la totalidad de los demás aliados.
Tal vez por eso, un experimentado diputado le dijo a este medio que «no se sabe lo que puede pasar: puede salir un engendro con esta ley o se puede caer».
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